El precio de lo que se ofrece, no es más importante que la calidad y seguridad de lo que se ofrece.
1 – No existe salvador, mágico o motivador capaz de resolver su solución empresarial o profesional en momentos en que las demandas están ligadas por las incertidumbres.
2 – Las ausencias de las búsquedas por lo que usted hace sólo pueden tener algún efecto cuando complementado por trabajo serio, continuo y creativo, frente a los clientes que aún mantienen, de los que ya se han ido y de los que están en manos de la competencia.
3 – Para amenizar la crisis real y actual del momento su proyecto, para mantenerse en pie, depende de la constancia multiplicadora de acciones a ser implantadas, para producir acercamientos que ofrezcan mejoras en relación a los que los otros realmente necesitan. Nunca ser un aburrido persistente en el uso de métodos repetitivos. Hacer adiciones buscando cambiar con formas que sean las llaves correctas para el abrir de las puertas caso por caso, y en base a la percepción de cómo cada segmento quisiera ser atendido antes, durante y principalmente después del negocio concluido.
4 – No conocer exactamente lo que está ofreciendo y qué hacer para dar soporte continuo es el lado incompleto tipo “call center” o “webmail”, que nadie más tiene bolsa de oír o usar como medio de investigación impuesta, que oferta a la hora equivocada y que tampoco resuelve o explica nada sobre lo que realmente está necesitando. El valor de las manutenciones y nuevas conquistas dependen de un soporte consultivo, de personas que conozcan lo que ofrecen, que entiendan la importancia de la anticipación de soluciones, antes incluso del cliente solicitar.
5 – El precio de lo que se ofrece, no es más importante que la calidad y seguridad de lo que se ofrece. Las ventas son parte integrante de un equipo preparado para responder y solucionar, dentro de una visión celular, que busque por los entendidos, cuando la necesidad de soluciones inmediatas y deseadas por el cliente.
Autor: Sérgio Dal Sasso