Tal vez usted ya esté cansado de escuchar esa misma frase de ejecutivos, directores y líderes de varios segmentos. Los riesgos nos remite a una cierta ‘amenaza a la seguridad’, señales de alerta, una cierta privación del confort. La gestiónde riesgos tiene como una de las premisas la predicción y la prevención de obstáculos que puedan surgir, y cómo previniendo o tratando de imaginar que algo puede ir mal y el camino aún no ha sido trazado?
La dificultad que enfrenta los gerentes y líderes en la gestión suele ser la idea de que los riesgos en su mayoría son los mismos. Muchas veces son y muchas veces, no. Desde evitar problemas técnicos, de relación hasta la agilidad para salir de la situación (lea “juego de cintura”) en la hora que “el bicho agarra”. Resistencia en realizar investigaciones, considerar lecciones aprendidas en los proyectos o casos similares son trampas que pueden causar daños irreparables. Barreras de relación, cultura organizacional o comunicación ineficiente también son escenarios críticos y que deben ser evitados.
Complicaciones como entrega fuera de plazo, cambio repentino de alcance y salida de miembros clave del proyecto, ya causan un impacto significativo en cualquier proyecto por menor que sea. Es necesario considerar que algunos muros se levantan del día a la noche, y la toma de decisión tiene que ser asertiva y lo más puntual posible. Como ejemplo, solicitar la ampliación del tiempo para la finalización del proyecto puede debilitar la buena relación, herir la buena reputación, causar problemas en la producción e incluso generar pérdidas de orden financiero a ambos lados. Todos pueden quedarse fuera del juego en la final.
Ajustes
Imagínese que usted está viviendo en un país diferente al suyo. Bien, es de buena práctica que usted, además de hablar también la lengua madre de aquel lugar, tratar de adaptarse a la cultura, a las costumbres y respetar las diferencias. Esto no quiere decir que si las personas de aquel lugar tienen la costumbre de ser improductivas, usted también tiene que ser, pero antes, busca saber cuáles son las deficiencias y anomalías existentes que generan esos comportamientos inusuales. Establecer políticas ayuda a organizar, mantener un cierto orden y entender mejor los intereses tanto de la empresa, como del cliente que pueden interferir en el proceso y en el producto. La creación de normas, la aplicación del empirismo, el trabajo de las suposiciones y la adaptación a los contextos pueden ayudar a tener una visibilidad mucho más profunda de la situación y dar soporte a una mejor toma de decisión.
Monitoreo
El seguimiento y la evaluación de los riesgos a través de los niveles (alto, medio y bajo) de impactos puede tener un efecto beneficioso en su monitoreo. Evaluar estratégicamente la eficacia de este control es a menudo trabajar en un análisis SWOT para que usted pueda reforzar los puntos fuertes, eliminar los puntos débiles, aprovechar las oportunidades y manejar las amenazas. Este análisis puede ayudarte a saber lo que puede funcionar y lo que no. Algunos riesgos ya son prácticamente controlados (debido a la burocracia o cultura organizacional de la empresa).
Análisis Comportamental
Así como en nuestra vida en general, los comportamientos pueden indicar una especie de predicción. Por el “andar del carruaje” podemos interpretar escenarios favorables y desfavorables al alcance de la meta. No siempre los impedimentos deben ser sentidos como algo negativo, pero muchas veces como señal de que la planificación no fue debidamente discutida (desgraciadamente debido al tiempo hábil para esa actividad) o que debemos replantar algo – lo que puede ser buena-replananificación, renegociar puede tranquilizar las cosas a ambos lados. Los problemas en el transcurso del proyecto son inevitables. Incluso sabiendo el camino para alcanzar el objetivo, el caminar es casi siempre una “cajita de sorpresas”. Buscar hacer los ajustes necesarios para hacer la jornada más productiva, monitorear con más asertividad para mitigar los impactos que puedan contribuir al fracaso y observar siempre con ojos atentos pueden hacer todo menos penoso. Es aquella máxima: “una persona prevenida vale por dos”. Y yo añado que, en el caso del liderazgo, puede valer por tres, cuatro … Al encontrarse con situaciones complejas, procure entender lo que está ocurriendo y buscar estrategias para la solución. Buscar ayuda profesional a través de consultorías, estudios de casos, libros pueden fortalecer el conocimiento y librarte de ciertos problemas.