Todos saben que la zona de confort es un conjunto de acciones rutinarias, pensamientos, comportamientos simples y cómodos en que la persona está acostumbrada a realizar, sin ningún tipo de desafío o imprevisto que no causan ningún tipo de miedo, ansiedad o riesgo.

En cierta forma, no es algo tan malo estar acostumbrado a los procedimientos y hacerlos sin dificultad, pero este hábito puede impedir que usted cree nuevas perspectivas profesionales y personales.

Es verdad decir que los seres humanos son criaturas de confort, siempre prezamos por lugares donde el estrés y la ansiedad es mínima.

Sin embargo, el mercado profesional ya ha cambiado desde hace algún tiempo y todos necesitamos cambiar con él.

Gente no necesitamos forzar a ser superproductivo e innovador todo el tiempo, ni abandonar su zona de confort para siempre. El secreto es saber dosificar ese límite.

Así, es fundamental pensar fuera de la cajita. Vamos a usar la creatividad para solucionar problemas, a ser flexible y usar otros modos de hacer algo, pues cuanto más repertorio poseas, más fácil será alcanzar tus objetivos.

En fin, no complique una decisión solamente porque usted no está acostumbrado a tomarla. Sumérgete en un nuevo desafío, descubre si funciona para ti y aprende con tus experiencias.

Vean cómo es el mercado de tecnología americano:

¿Usted se está preguntando qué esos números a la derecha representan?

Esto es cuanto tiempo (en promedio) los empleados permanecen en estas empresas.

Personal, con un volumen de negocios como este, estoy impresionado que todavía logran entregar un producto de alta calidad.

Es comprensible que la mayoría de la gente utilice esas empresas como un trampolín para obtener salarios más altos y un ambiente menos estresante en otros lugares, pero si yo fuera un gerente de contratación, lloraría si en mi equipo la retención fuera así.

Sergio Mansilha.