A menudo, se nos pregunta sobre la forma correcta de manejar o gestionar los conflictos que surgen en las empresas por las que pasamos. Ellos son los más diversos y tienen potencial para construir o destruir cualquier tipo de iniciativa.
La definición básica sobre lo que es un conflicto lo traduce como “profundo desentendimiento entre dos o más partes”.Para nosotros, esa definición impide el entendimiento de que los conflictos pueden ser beneficiosos en los equipos que decidieron utilizar la construcción colectiva como instrumento de decisión. En estos casos, se convierten en parte del cotidiano del equipo.
Siendo así, partiremos del principio de que existen los conflictos nocivos, cuando las partes objetivan vencer o probar algo en beneficio propio. Y existen los constructivos, cuando el objetivo es conquistar más evaluación crítica y amplia en la toma de decisión.
Sea cual sea el tipo de conflicto, creemos que la diferencia de un buen trato para la gestión de conflictos está relacionada con el establecimiento de una estrategia consciente, que sea lo suficientemente amplia para lidiar con las personas, sus necesidades y diferencias; y con los insumos presentados, en el caso, las ideas, opciones y alternativas que son objeto de la discusión.
Un dictado irlandés nos provoca cuestionando: “¿por qué juzgamos a los demás por sus comportamientos ya nosotros mismos por nuestras buenas intenciones?”. Esta pregunta nos hace percibir que el punto de partida para la resolución o gestión de cualquier conflicto es la comprensión genuina de que somos diferentes en la esencia y que esas diferencias no deben ser – nunca – parte de la discusión. Al mismo tiempo, es necesario tener claridad de que esas mismas diferencias influencian directamente la forma en que vivimos todas las situaciones conflictivas.
Por lo tanto, la respuesta a ser dada sobre cómo mejorar la gestión o gestión de los conflictos – nocivos o constructivos – en las empresas, debe ser respondida en tres pasos: Lo estratégico, instrumental y individual. Como vemos en la continuación abajo:
Sea cual sea el tipo de conflicto, creemos que la diferencia de un buen trato está relacionado con el establecimiento de una estrategia consciente
Estratégico – una cultura diferente
Es necesario cultivar en las empresas una cultura que entienda la diferencia como potencia y no como debilidad.Sin esta base o un telón de fondo, ningún instrumento o comportamiento práctico puede tener éxito o ser sostenible. La diferencia entre las personas no debe nunca ser el foco, sino que debe ser cuidada y preservada como capital intangible de altísimo valor en las organizaciones.
Instrumental – un camino para solucionar los conflictos
No es necesario hablar de una técnica. Ellas son innumerables, ya sea en el trato de los conflictos perjudiciales o en la conducción de la construcción, es necesario conocer los formatos para lidiar con ellos. Desde la comunicación no violenta, los principios de mediación, la tercerización de la conciliación o incluso los instrumentos de consenso y construcciones colectivas, todos están disponibles a los montes para dar a las personas la posibilidad de establecer un diálogo asertivo y empático en cualquier situación en que haya necesidad de gestión de un conflicto.
Individual – la postura que hace la diferencia
Si su postura no es compatible con los valores establecidos por el grupo que está insertado, será natural el surgimiento de conflictos.
Su postura será diferente cuando busca el autoconocimiento suficiente para no dejarse llevar por el automático, al menos la mayoría de las veces.Además, la postura empática ante otro que también tiene intenciones más allá de los comportamientos visibles es fundamental para permitir que los conflictos sean resueltos o que tengan los resultados deseados.
Como se puede ver, no se trata de una jornada simple. Sin embargo, no tiene por qué ser tan amenazadora. Conflictos son esenciales para la toma de decisiones innovadoras y creativas y aún más para darnos visibilidad de la belleza que existe en la diferencia entre nosotros.La gestión de conflictos es una jornada que puede ser desbravada con empatía, compasión y conciencia, basta querer.
Fuente: Anderson Siqueira www.conense.com.br