Usted ya se ha encontrado o ha vivido alguna situación donde fue necesario hacer una gran reforma? En una casa, por ejemplo, que después de levantar todos los costos implicados en la reforma quedaronclaros que, aunque los costos eran extremadamente elevados, los resultados ya no serían satisfactorios?
Y entonces la conclusión es que, en lugar de hacer una reforma es más recomendado poner la casa abajo que intentar arreglar las viejas paredes, porque de esta manera podemos reconstruirla, con estructuras más fuertes con habitaciones modernas, con un visual más elegante, y contemporáneo.
Así como la casa, muchas veces necesitamos hacer reformas en nuestras vidas, y algunas de estas reformas a menudo parece no compensar, el costo para mantener los viejos estilos y modelos, son más elevados que recomenzar y construir una nueva estructura.
Y luego viene la decisión de hacer una reforma, algo paliativo, con la intención de mantener pensamientos, comportamientos y estilos que son obsoletos y arcaicos, incluso, que estos nos parezcan cómodos y conocidos, o enfrentar una obra nueva?
Este es el momento en que analizamos cómo sería el nuevo ser, qué tipos de comportamientos este ser debería tener? Hay algo que nos hace pensar que cuando no sabemos dónde queremos llegar, lo que queremos ser no conseguiremos entender qué recursos serán necesarios para la reconstrucción.
Por eso aquí lo ideal es comenzar a re-significar, o sea, dar un nuevo sentido a nuestra vida y a nuestros ideales, definir un nuevo propósito, una nueva misión de vida, ampliar nuestra visión de mundo.
Hecho esto es la hora de comenzar el proceso RECONSTRUCCIÓN del nuevo ser, de la nueva vida, y partimos hacia el nuevo ciclo, llenos de esperanza, de inspiración.
Piense en eso, algunas veces en la vida necesitamos recomenzar, de renovar, necesitamos DESCONTRUIR para RECONSTRUIR.
El nuevo no puede venir, si el viejo está ocupando su lugar!
Autora: Claudia Dias.